miércoles, 31 de julio de 2013

Como siempre, en soledad.

De nuevo enmudecido como un reo. Oculto ante el placer de los deseos. La izquierda tan deprisa y la derecha en su silencio. Mirando al horizonte siempre me perdí en sus versos. Y sus besos como presos, perseguidos tierra y cielo. La mirada siempre al frente, y muy lejos de esos cuentos.

Pasa el tiempo. Ni mirar ni escuchar, pienso. Cada lágrima caída frente al texto. ¿Qué es lo que he hecho? Si mi mente y mi destino luchan, quiero. Derramar cada sentencia en el momento. Mi futuro y mi pasado. Suena incierto.

Carecer de los sentidos del vacío. Que la nada surja atenta a un nuevo ciclo. Que los cuerpos de tus versos y los míos... Ocultando nuestra forma de pensar,

y se encuentren como siempre, en soledad.