Una lluvia y mil susurros que se encuentran y se evitan. Un cielo de azul oscuro que espera una nueva luna. Una nueva perspectiva de una vida tan absurda. Unas alas que se pierden, cuando vuelven se marchitan.
Y ahora en el tiempo, parado tanto ausente, de nuevo respiro, me pierdo en entenderte. No encuentro un motivo que consiga detenerte, no espero que creas que siento que te pierdes.
Y vuela, la idea, de tener que encontrarte. Y fluyen mis sueños, nunca más una constante. Que espere, que sienta, que vuelva a impresionarte. Una flor que sale ilesa de oleadas de miserias.
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