lunes, 20 de febrero de 2012

Soy presa del silencio que ahora me ha dejado a solas. No importa lo que quieras si tu mente vuela sola.

Espera, no me dejes a oscuras, respira hondo y... llega hasta mi altura, que sin duda te hará ver qué es lo que buscas. Sin prisa ante la mera circunstancia de tu lucha. Sin obstáculos ni brisas que te empujen en tus días. No hay voz que ayude más que el silencio de tu travesía.

La lluvia y el viento nunca vienen solos, llegan siempre acompañados de nubes y de tus lloros. Y el silencio que añoro viene silbando en el viento. Nadie ve ya más allá de lo que digo en lo que pienso.

No hay paredes que me arropen cuando soplas en mis miedos, no hay si quiera una hoguera que reconforte mis sentidos. Suspiro, que nada vuelve a ser tan bueno, que nadie entenderá de nuevo que mi límite es el cielo.

jueves, 9 de febrero de 2012

Vuelvo a un lugar del que no sabía nada. Allí donde las lágrimas siempre son esperadas. No quiero sentir más cerca tu espada, solo quiero entender y admirar tus miradas.

Y como siempre nadie dice nada. Una condena nunca está bien empleada, si bajo la luna nadie puede llorar. Dicen que hay otra visión mejor detrás del cristal...

Una nueva palabra se esconde en sus labios, palabras vacías de ocultos escenarios. Una duda que refleja su mirada, tiene los ojos vacíos de tanto mirarla. No ha soñado nunca poder besarla. No puede dormir de tanto pensarla. Y es que las ideas nunca vienen solas, acompañan actos que vuelan y se inmolan, demasiadas noches, demasiadas horas, has pasado deseando que tus alas volaran.

Como siempre miras sus ojos vacíos. Como nunca sientes sus labios fríos.

Vengo de un lugar donde nadie piensa nada. Vengo de un lugar donde ella me falta.

martes, 7 de febrero de 2012

Blasfemia su nombre en oídos extraños. Qué pena que corten escenas de infartos. Se ruega silencio, rodaje precario, que borra el vacío de ruidos y aclamos.

Bajo las nubes se aclama el castigo. No piden que muera sino un sacrificio. Dioses aúllan sin miedo al delirio. Susurros al viento de solo un suspiro. La hora se acerca, se cierran las puertas. Su nombre en el viento encerrado y alerta. No esperan que salga, no esperan que vuelva. Mayor sacrificio no hizo la espera.

Con aplomo el valiente se torna en locura. Despegan sus alas en busca del mundo, y bajo el susurro el mar se las lleva. Entonces ocurre!! Y nadie lo espera. La luna se alza, ni nueva ni llena. Atento el más ciego, contemplan la escena. La lluvia y el viento sucumben al tiempo. Qué frío el vacío del cálido infierno.

Sin tiempo ni miedo, no hay gloria en la muerte. El tiempo se para, tal vez para siempre.

El chico asustado alcanza su mano. Sus ojos no brillan, parecen inertes.