lunes, 12 de agosto de 2013

Naufrago feliz

A veces me despierto pensando que la vida es una broma de mal gusto, que no somos más que un tachón en el cuaderno de un escritor aburrido, que cada día es solo un párrafo más de una novela inconclusa. En esos momentos solo quiero despertar, porque esto parece un sueño en el que nadie quiere jugar bajo las normas que marca la moral, nadie quiere ser partícipe de este crimen que es la vida; y aún así, somos todos el cómplice más intranquilo que un malvado plan pueda tener.

Por eso, procuro ser el telonero que levante la cuarta pared. Busco ser el pintor que descubra un nuevo paisaje en un descampado mal encajado. Hago de cada día un nuevo aliento para aquel incomprendido que sueñe con ser. Y, sobre todo, miro cada píxel de la vida con un nuevo filtro cada vez, para así entender cada mirada de una forma distinta en el momento adecuado.

Sed el alma de vuestra propia fiesta, porque no siempre va a haber quien os guíe. Descubrid nuevas sensaciones siempre que tengáis la ocasión, porque nunca se sabe cuál será la última isla en la que podáis disfrutar de un naufragio inesperado.

Pensad que nadie más que vosotros puede haceros feliz.

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