domingo, 13 de mayo de 2012

Aviso roto.

Tres avisos de un silencio que nunca quise esperar. Dos entradas obsoletas de un blog por estrenar. Una oscura sinfonía que baila por la ciudad. Cero esperanzas olvidadas que vuelven a su lugar.

Nunca nadie dijo qué, nunca nadie dio un porqué. Una mirada simple y triste que no podía sostener.

No vuelvas nunca más, que no te quiero volver a ver. No te vayas de mi lado que no te quiero perder.

Escuchaba atentamente los delirios que dejé, por no esperar en silencio tuve que abrir los ojos y ver. La sombra del edificio, el parque y sus gritos sordos, la brisa que agita hojas y el chico con ojos rotos...

Mira y tiembla en su interior, que nunca quiso conocer. Corre adentro y cúbrete. Corre y no salgas. corre y no salgas.

Desciende del cielo un ángel alado, que mira los ojos del chico dañados.

Sal, quiero verte. Sal. Mírame y sal. Estarás más ciego, por no querer ver. Llegarás más alto, si puedes volver.

Dentro en si mismo, no quiere salir. Dentro, muy dentro, dentro por fin. "Vuela muy lejos, vete de aquí. Deja mis ojos."

El ángel se va con sus alas rotas. A cambio de ellas se lleva sus ojos.

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